Sólo es cuestión de participar

Mi relectura sería: ¿Por qué no nos va mejor?, ¿Por qué no podemos ser masiva y socialmente felices?, ¿Por qué nuestro país no despega hasta chocar contra el cielo con todo lo que sabemos o creemos que tenemos? ¿Por qué?

Primer concepto

Acción y reflexión

En el medioevo, allá por las épocas de Leonardo, el arte y la ingeniería eran parte de lo mismo y eran “la acción”. Para el “hacer cosas” no se distinguía su utilidad o aplicación, ya sea un arma y su impacto en la guerra, un carro y su influencia en la vida o un cuadro o escultura que apuntaba a la belleza.

Del otro lado, o como contrapartida estaba “la reflexión”, la filosofía, el mundo de las ideas.

Muy simple: dos tipos de personas: los que hacen y los que reflexionan.

Imprescindibles ambos, con roles bien distintos en una sociedad.

Segundo concepto

La reflexión y acción interdisciplinaria

Me encuentro todo el tiempo en reuniones con personas que no son ingenieros industriales o, peor aún, algunos ni son ingenieros!

Como dijo un amigo una vez: "Los ingenieros no somos todos iguales el día que nos recibimos, sino que somos “muy” parecidos el día que decidimos estudiar ingeniería". La pregunta sería ¿Por qué es así?

En esas reuniones, que se hicieron más que muy frecuentes en las últimas décadas, es donde se idean, resuelven, planifican y ejecutan las acciones en los ambientes más “competitivos”. “Competitivos” porque es en esos lugares donde lo que se invierte, en dinero, horas o esperanzas, recibe como contrapartida resultados, productos o satisfacción en cantidad, calidad y tiempo “apropiados”.

Sería como comprar una bicicleta a un precio adecuado para el servicio que pretendo, comer en un restaurante bien por un precio razonable o, por qué no, pagar un colectivo, la luz o el gas y recibir como resultado un viaje placentero o servicios que funcionan bien.

¿Por qué tanta aclaración? Porque el tiempo comenzó hace unas décadas a rodar más rápido. Empezó a faltar tiempo, los problemas se hicieron más complejos o, mejor dicho, suficientemente complejos para no poder resolverlos de a uno o a las apuradas.

Por eso es que se detecta que para problemas complejos y con naturalezas diferentes (económicos, ambientales, humanos, tecnológicos, ergonómicos, entre otros) es necesario trabajar en equipos interdisciplinarios para ganar tiempo y lograr resultados apropiados.

La sinergia es el resultado esperado: que el todo resulte mucho más que la suma de las partes.

Ahora, ¿Cómo actuamos?

Si tratáramos de asociar mínimamente ambos conceptos anteriores, podríamos empezar a entender ¿Cuáles son los temas sociales, políticos, ambientales, de educación, y otros que se resuelven atendiendo estos conceptos?, ¿Cuántos, no solo ingenieros, se sientan en esas mesas que idean, planifican y ejecutan los temas que después, a los minutos, nos van a impactar fuertemente?

A esta altura y después de décadas de vida y más de 30 años de democracia, me queda una sola pregunta: ¿Por qué ingenieros y disciplinas por el estilo con una conexión con la realidad y los resultados muy sólida, no participan de esas mesas o esas mesas no se arman o no existen o no nos invitan?

Sólo es cuestión de participar. En el barrio. En la parroquia. En el municipio. En nuestra propia universidad. En el país.

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