Ser factor de cambio
- Luis Lávaque
- 8 jul 2015
- 3 Min. de lectura

Ser factor de cambio: Una mirada a la relación de un joven y la política Argentina.
Aún recuerdo esas sobremesas, en donde yo, como un espectador más veía a mis mayores hablar y hablar de esas cosas que, como niño, no entendía muy bien porque eran tan importantes.
Si mal no recuerdo, estaba en el segundo mandato de cierto presidente Riojano, y mis tíos siempre charlaban de como tenían que ser las cosas. Admiraba el lenguaje, admiraba la forma que tomaba el ambiente, el olor a tabaco se metía por todos los recovecos y daba aún más esa sensación de estar parado en medio de aquellas grandes charlas que quizás tuvieron nuestros grandes próceres. Fue algo que siempre me vino a la imaginación.
A medida que fui creciendo, siempre me fui preguntando, al igual que muchos niños, esa idea loca pero no imposible de algún día ser como esos políticos que, de manera ingenua, habitaban en mi mente y poder tomar decisiones para todo un país. Era algo con lo que mi subconsciente me permitía jugar y me hacía feliz.
Pero había algo más que yo no estaba entendiendo, y eso era mi realidad.
Pasaron los años y ese otoño llamado adolescencia llegó. Momentos en donde quizás no me sentaba a pensar de que trataba la vida, qué buscaba y qué quería hacer para mejorar o cambiar mi ciudad, mi lugar…mi país.
Al llegar el fin de esta etapa, cual vuelo turbulento aterricé en ese pozo de conocimiento y miedos llamado universidad. Pero aún así, la política seguía sin ser algo con lo cual podía encontrarme.
Después de largos años de facultad, de un cambio de carrera y de seguir en el ring de boxeo, descubrí que nosotros, los jóvenes, tenemos la capacidad de cambiar todo aquello que nos proponemos, que nos rodea. Fue donde entendí que como persona, quizás podría haberme puesto en una vereda distinta y exigir, exigir todo aquello que estaba mal o me incomodaba.
Pero como todo joven, ansiaba mucho más conocer el mundo, saber que había más allá de todo esto, y eso siempre, y muy en el fondo, sabía que me haría entender en dónde quiero estar y cómo quiero que sea esa “realidad”. Luego de cumplir mis sueño de poder salir y ver el mundo supe que la política no era reclamar sino hacer, ser factor de cambio, ser revolución.
Fue difícil entenderlo, pero comprendí que un joven hace política desde el lugar que se lo proponga, ¡y ojo!, no caigamos en la confusión de hacer política y militar, siento que eso ha perdido todo significado de relevancia. La mejor manera de instruirnos en esta ciencia es siendo nosotros líderes de acción, dando de nosotros como jóvenes, como estudiantes, como personas la mejor versión de esta sociedad y de nosotros mismos, cumpliendo con nuestros deberes como habitantes, dando más de lo que recibimos, pero por sobre todo comprendiendo nuestra realidad, dejar de lado las banalidades y ser más comprensivos. Eso amigos míos, es POLITICA.
Como joven, he decidido no dejar que la política me domine, sino yo dominar la política: charlemos más sobre esto, démosle forma a algo que hasta ahora no lo tuvo, hablar de ella con entendimiento y sin juzgar al emisor nos va a volver mejor sociedad.
La política se hace desde cada uno, creando el mejor ambiente para que cada ciudadano sienta que esto no es algo de un grupo de personas sentadas en un sillón, sino que nosotros tomamos, como factor importante de este sistema un rol que hace que cada acción tenga una reacción.
Los invito a involucrarse más en que es lo que está sucediendo y hacernos la pregunta: ¿Este es el país que quiero para las generaciones futuras?
Este es el momento para hacer algo. Ambicionar un mejor futuro depende de nosotros, empaparnos de todo y dejar de lado las frivolidades nos va a hacer crecer como sociedad y, de esta forma, dejar de sentir que la política nos hace ser niños sentados en la mesa como simples espectadores.
Comments