Motores del cambio

Luciana Brandan
5 ago 2015
3 Min. de lectura

"Motivación, confianza y visualización: motores del cambio."

¿Qué frase podría combinar perfectamente definiciones como motivación, confianza, visualización, entrenamiento?

Si bien es algo difícil de encontrar, podemos empezar destacando que estos conceptos tienen algo en común: son habilidades que toda persona puede desarrollar para mejorar distintas áreas de su vida.

Antes me preguntaba ¿Hasta qué punto uno puede mejorar si aprende a entrenar la mente, a mantener al máximo la motivación, a intentar con constancia alcanzar sus metas y objetivos? Yo arriesgo a que podría aportar mucho: formar personas optimistas, motivadas, más creativas.

Quiero compartir con los lectores unas herramientas que aprendí y que son muy útiles para mantener entrenadas las habilidades antes nombradas.

Éstas son:

1) Escribí tus metas y objetivos, y releelos semanalmente. Una estadística revela que sólo el 4% de las personas que “no escriben” sus objetivos los alcanzan, y que el 44% de aquellas personas que sí escriben sus objetivos los alcanzan.

Pero esto no es todo, la investigación también reveló que quienes los releen semanalmente aumentan sus resultados en un 200% más que quienes sólo los escriben y no los revisan más[1]. Este puede ser un primer y gran paso para que uno tenga en claro qué quiere lograr, adónde se quiere llegar, qué sos capaz de proponerte a tí mismo.

2) Hablar con alguien de sus logros diarios. Esto se puede hacer en cualquiera ámbito, con algún compañero, con algún familiar al final del día, con amigos, lo que a uno le brinde más confianza para privarse de hablar de sus logros. Esto provoca una sensación de satisfacción inmediata en la persona, aumentando la motivación y la confianza, es extraño pero no a todos nos resulta fácil hablar de nuestros éxitos.

3) Visualización. “…Nuestro subconsciente es supersensible a la sugestión y no tiene capacidad de discernir entre lo verdadero y lo falso”[2], es por esto que la visualización es tan valiosa ya que el cerebro, al no distinguir entre lo real y lo ficticio, va a intentar realizar todas aquellas acciones para acercarnos a esa imagen tan placentera que producen nuestros pensamientos. Es importante destacar, que este poder también puede jugarnos en contra: si nuestros pensamientos son negativos, como lo destacó Henry Ford en una de sus frases célebres: “Si piensas que puedes o si piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Es por todo esto la importancia de implementar una visualización creativa, que estimule a nuestro cerebro para alcanzar aquellas metas que tanto deseamos. Esta acción puede mejorar notablemente la motivación.

4) 30 días para el cambio. Se requieren de 30 días para desarrollar un nuevo hábito, realizándolo sin interrupciones, algo que descubrió accidentalmente la NASA mientras definía un grupo que debía enviar a la Luna[3]. Una vez aprendidas las primeras 3 técnicas, uno debe realizarlas diariamente por treinta días para convertirlas en hábitos.

Para agregarle valor a la aplicación de estas técnicas, elegí concluir mencionando datos interesantes que encontré que avalan que la metodología funciona:

En la prestigiosa universidad de Harvard se enseña a sus alumnos a tener sus objetivos por escrito y a visualizar los resultados de sus exámenes, donde se comprobó que aquellos que podían visualizarse durante el examen lograban casi un 100% de éxito, mientras que aquellos que no lo hacían solo alcanzaban un 55%.

Fuera de este ámbito encontré un caso protagonizado por Pep Guardiola, ex entrenador del exitoso equipo de fútbol FC Barcelona, el cual creó un video con las mejores jugadas de sus jugadores junto con partes de la película el Gladiador, logrando con esto mayor motivación en su equipo a la hora de salir al campo de juego. Y muchos casos más, como Chaplin que se convirtió en uno de los mejores actores a nivel mundial cuando empezó a decirse a él mismo que se convertiría en uno de los mejores actores a nivel mundial; o la autora de Harry Potter, J. K. Rowling, que aprovechó una etapa de su vida de extrema pobreza para motivarse y escribir una de la saga de libros más reconocidos.

Si funcionó en tantas personas,

¿por qué no habría de ser efectivo en nosotros?